Esta semana os traemos un coche que sin duda se merece el apelativo de histórico. Por él han pasado conflictos, culturas y hasta llegó a ser un “actor” nato. Es curioso como uno de los coches que más amantes ha podido cosechar en la Tierra, tuviera ayuda en su producción de uno de los personajes que más odio pudo transmitir. Hagamos un repaso de este icono del siglo XX.
Para conocer cuáles fueron sus inicios debemos remontarnos
hasta el año 1938, situados en una Alemania dominada por el Partido Nacionalista
encabezado por uno de los dictadores más temidos de la historia, Adolf Hitler.
Éste mismo se entrevistó con Ferdinand Porsche años atrás, pidiéndole que creara
un vehículo económico, duro, capaz de transportar a una familia, que consumiera
poco y alcanzara los 100km/h. Con este objetico nació el Volkswagen Tipo 1,
llamado así oficialmente. Ferdinand ya había ideado un coche de similares
características, un hombre muy preocupado por el pueblo y sus necesidades pero,
al no disponer de medios suficientes, no pudo producirlo sin la ayuda del
Tercer Reich.
Ese diseño que a todos ha fascinado desde tiempos remotos se
lo debemos a Erwin Komenda, una de las figuras más representativas del
automovilismo, diseñador de algunas maravillas como el Porsche 550 Spyder. En
cuanto a su mecánica era simple, un motor básico compuesto de cuatro cilindros
en disposición bóxer, 985 cc. y 25 CV de potencia, aunque montaba una
suspensión novedosa compuesta por una barra de torsión que sustituía a el
típico muelle.
Un año después, estalló la II Guerra Mundial y su producción
se vio afectada, su solidez le hizo que fuera utilizado para labores militares,
muestra de ello es el aguante que demostró en las campañas de los Afrika Korps
comandadas por “el tigre del desierto” Erwin Rommel. Unos pocos civiles
pudieron adquirilo, la escasez de gasolina y su limitada fabricación hizo difícil
su cobertura para el público en general, hecho que se detuvo definitivamente en
el 1945 con el fin de la guerra, los daños en infraestructuras lo hicieron
imposible.
Poco después nuestro escarabajo volvió y se convirtió en el automóvil
que más años ha permanecido en el mercado, desde 1938 hasta 2003. A lo largo de
este tiempo no ha dejado de aparecer en nuestra vida. En los años sesenta se
convirtió en imagen del movimiento hippie junto con su hermano el Volkswagen
Combi, éstos acostumbraban a ser pintados en colores, digamos impactantes. Herbie,
como se llamaba en la serie que protagonizaba Cupido Motorizado, fue muy
famoso en la década de los ochenta, apareciendo también con la misma imagen,
pintado en rojo blanco y azul con dos bandas, en una reciente película, Herbie a tope.
La huella que ha dejado en la sociedad se demuestra con los
numerosos apelativos con los que ha sido bautizado, “Escarabajo”, “Pichirilo”, “Beetle”,
“Kafer”, “Cucaracha”, “Garbus” o “el auto del pueblo”, nombre que le apodo
Adolf Hitler.
La década de los noventas fueron años duros, su desplome era
inminente, este peculiar vehículo que había superado toda clase de obstáculos se
topaba con el peor de su carrera, el bajo índice de ventas. En 2003, Volkswagen
anunciaba la despedida del Sedán conmemorando tal hecho con una edición
limitada de 3.000 unidades, nostálgicos lo despidieron con esta emotiva frase: “Es
increíble que un coche tan pequeño deje un vacío tan grande”. El último que
salió de la línea de producción se encuentra en el museo de Volkswagen, situado
en Wolfsburg.
Pero uno de los autos que más adeptos ha logrado no podía
morir, al menos radicalmente. En 1998 en el Salón de Detroit se presentó el
Volkswagen New Beetle, el cual seguía las líneas del Escarabajo pero solo
estéticamente, mucho más moderno, amplio, con un rendimiento alto y con un
precio no tan económico como el de su antecesor. A pesar de conservar si imagen
y sus variantes como el descapotable, no caló tan hondo, el Volkswagen
Escarabajo marcó una época y parece que su legado es insustituible. Hace un año
la marca alemana lanzó al mercado la segundo generación con una estética rejuvenecida
pero sin desmarcarse de sus famosos rasgos.
Podemos adquirir alguno en el mercado de segunda mano por unos 6.000€, encontrando muchas versiones “tunning”, este Cucaracha le ha dado a todos los palos.
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