lunes, 30 de abril de 2012

El coche de la semana 3: Peugeot 508 GT


Después de unas mini-vacaciones en el blog volvemos con fuerza en uno de los coches que más sorprendieron el pasado año 2011. A mediados de éste, se presentó y desde entonces se ha ganado muchos admiradores aunque también detractores que han hecho quizás aún más interesante este vehículo, estoy hablando del Peugeot 508.

Este nuevo modelo de la marca francesa ha sido creado, al menos en un primer momento, para suceder al 407 y al 607, una idea cuanto menos llamativa pero que, sin noticias de que exista la posibilidad de un 608, es una realidad. Tenemos que remontarnos al año 79 para encontrar la fabricación del anterior 505, muy popular en países subdesarrollados por su fácil manejo, sobre todo en terrenos abruptos, y por una gran dureza.

Particularmente me ha sorprendido enormemente este coche en todos sus aspectos. Si te bajas de él y te paras a observarlo un instante da la sensación de estar ante un gran coche de una marca Premium y es precisamente por esta razón, que en mi mente ha surgido la pregunta del millón, ¿una berlina de una marca como Peugeot puede estar a la altura de otra como Audi o BMW? Puede que esta cuestión se la estén haciendo muchos de los aficionados y amantes de este mundo sobre ruedas, la respuesta no es fácil, pero que le pisan los talones creo que es completamente cierto.

Sus medidas (4.79 m.) son las propias del segmento en el que lucha, el D, dominado por veteranos como el Passat y el C5 o el joven pero extraordinario Opel Insignia. Sus faros son alargados, propios de la marca, que van en consonancia con la línea redondeada de la parte delantera, algo que no termina de convencer pero que, a medida que giramos y nos paramos en su parte trasera, puede hacernos cambiar de opinión. Si abrimos la puerta y entramos en él vemos que el interior está muy conseguido, detalles en cromado, escasos plásticos y un volante deportivo y bonito. Las plazas traseras cuentan con espacio suficiente para un adulto de una altura normal, si bien es cierto que al igual que en la mayoria de las berlinas del segmento, el del medio no irá demasiado cómodo. Exceptuando una pequeña ruedita muy útil que recuerda a las antes mencionadas marcas Premium, casi todos los demás botones sobran, a no ser que seas piloto de aviones y lo tuyo sea apretar botones. Al margen de esto, la pantalla está muy bien colocada y el GPS funciona correctamente, al menos en la versión que nos hemos montado, nada más y nada menos que en el 508 GT.

Es cierto que el exterior nos ha gustado y el coche, a priori, nos ha convencido, pero ¿qué hay de sus motores? Este nuevo modelo de la marca del león viene equipado tan solo, en sus versiones de gasolina, con un motor de 1.6 c.c., pudiendo elegir entre 120 CV (atmosférico) y 156 CV (turboalimentado). Por el contrario, si es en diesel donde nos queremos dejar el sueldo, tal y como están los combustibles es lo normal, encontramos muchas más opciones, un 1.6 de 112 CV o 140 CV, 2.0 con 140 o 163 CV, y finalmente, el llamado GT que monta un 2.2 con 204 CV.

Como hemos anunciado pocas líneas más arriba, éste último mencionado, el GT, ha sido el protagonista de nuestra prueba. Desde el primer momento esperábamos mucho de este coche y sinceramente, no nos ha decepcionado. Esta versión va a por todas, cuero negro, cambio automático de 6 velocidades y llantas de 18” nos alegra la vista, el tacto y nos pide a gritos que nos pongamos al volante. Como buen motor, tiene una buena aceleración (8.2 segundos de 0-100km/h) pero es de destacar que son caballos que están bien amarrados, puedes llevar una conducción tranquila y sobria, aunque si lo necesitas, tienes 204 CV dispuestos a hacerte sonreír. La dirección es algo blandita, no demasiado “GT”, pero al ser ancho y llevar en este caso, unos 235 como neumáticos, se agarra bastante bien en cada curva. La tracción delantera tira con fuerza, una tracción que no hace subviraje en absoluto, al menos todo lo que le hemos exigido. Lleva también equipado levas en el volante aunque no tiene mucha funcionalidad, la caja de cambio está muy bien secuenciada y cumple la función que se pretende. Al esconderse el sol y llegar la noche la carretera se ilumina con las luces automáticas, algo propio de muchos modelos pero, también, llevamos incorporado un sensor en el retrovisor que encenderá la luz de largo alcance si no detecta ningún vehiculo delante y las apagará cuando lo haya. Nos ha gustado una pequeña pantallita que aparece junto al parabrisas que nos informa de la velocidad entre otras cosas, algo que aparece en otros vehículos de gama alta y es una prestación más destinada a la seguridad, intentando que el despiste ya no sea causa de accidente. Particularmente tenía muchas ganas de probarlo y ver que sensaciones podía transmitir este coche, el hecho de montar un 2.2 me hizo pensar que podría quedarse “cortito” pero la confianza que hemos depositado en él, el gran HDI, ha dado sus frutos. Su precio ronda los 36.000€ (21.000€ el más básico) y hace que la competencia se ajuste el cinturón, la relación calidad-precio es rotundamente excelente.





Próximamente en “el coche de la semana”, Renault Laguna Coupé.