martes, 27 de marzo de 2012

Históricos 2: Ferrari Testarossa


En un contexto social en el que España vivía años de transición y la llamada Guerra Fría era tema frecuente en los periódicos de todo el mundo, nació un coche que marcaría una época y que sería sello de identidad de esta década de los 80, el Ferrari Testarossa.
Siempre me había llamado la atención ese nombre y la primera vez que lo vi quedé totalmente enganchado a la marca de “el cavallino”. Es habitual que los diseños de Pininfarina no pasen desapercibidos y con este modelo volvió a conseguirlo. Creado para suceder al Ferrari BB 512 se convirtió en imagen de los de Maranello por ese aspecto, el cual levantó pasiones en todos los lugares que pisaba. La famosa serie “Miami Vice” lo popularizó del todo, es fácil que en nuestra cabeza aparezca su imagen si pensamos en la palabra deportivo.
En 1984 vio la luz nuestro Testarossa. Acuñado con ese peculiar nombre debido a su motor central pintado de rojo en la cabeza central de esos 12 cilindros, un V12 con 4.943c.c. que desarrollaba 390 CV de potencia y podía alcanzar los 286 km/h, diseñado con pretensiones de convertirse en la versión F1 para calle. Tenía una caja de cambios de 5 velocidades y su par era de 490 Nm.
Natural del sur español, la costa del sol ha sido normalmente mi destino veraniego y fue en una de esas vacaciones cuando pude admirarlo. Concretamente en Puerto Banús, sitio al cual deseaba que mi padre me llevara para ver todos esos espectaculares coches aparcados en el puerto. A primera vista impacta, de poca altura y con una aerodinámica que le permitía engancharse bien al suelo sin necesitar un alerón. En sus puertas, podemos observar una especie de branquias que recuerdan a uno de los animales más temidos de la tierra, el tiburón. Al tener ese poco espacio respecto al suelo hacía que no pudiera convertirse del todo en un devorador de la carretera, ya que creaba muchos problemas en baches, salidas de garaje y demás cambios de altura del pavimento pero, en superficie lisas, demostraba una gran estabilidad incluso a velocidades superiores a 200km/h. Los faros salían de la carrocería al accionarlos, algo que ya conocíamos en modelos como el Porsche 924. Por último, su parte trasera tampoco pasaba desapercibida, para mí es lo más determinante y significativo de él. Es más ancha y recta que la parte delante y es donde aloja ese gran V12, encontrando también una luna estrecha que permite poca visión.
Actualmente, podemos hacernos con uno en condiciones muy favorables por unos 80.000€, aunque también los hay por 60.000€. En el momento de su producción, rondaba los 181.000$.



Próximamente en "Históricos", Seat 600.

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